El marketing en Colombia está cambiando. Ya no se trata solo de lanzar campañas llamativas o estar en redes sociales. Las marcas que están creciendo de verdad en 2025 han entendido que el marketing no empieza con la pauta, sino con el propósito, la tecnología y la forma en que se relacionan con sus audiencias.
En este artículo te presentamos 4 marcas colombianas que están haciendo las cosas diferente. Casos reales de empresas que están apostando por estrategias de largo plazo, impacto social, automatización, creatividad y crecimiento desde adentro. Pero más allá de contar lo que hicieron, queremos mostrarte qué puedes aprender tú como marca y cómo puedes empezar a aplicar estas ideas en tu propio contexto.
Tabla de contenidos
1. Bavaria: marketing con impacto social y transformación digital desde la base
En lugar de centrarse exclusivamente en campañas de visibilidad, Bavaria ha apostado por una estrategia que mezcla impacto social, crecimiento compartido y digitalización de su ecosistema comercial. Su programa Emprendedores Bavaria, activo desde 2017, ha transformado la relación con uno de sus canales clave: los tenderos.
Más de 80.000 tenderos en Colombia han sido capacitados en gestión comercial, finanzas básicas, marketing y digitalización. El uso de herramientas tecnológicas creció un 34.9% entre los participantes, y muchos de ellos han logrado mejorar sus ingresos en un 30%
gracias al programa.
Pero esto no es solo responsabilidad social: es marketing estratégico. Al fortalecer a los pequeños distribuidores, Bavaria no solo gana cobertura y lealtad, sino que mejora su propia competitividad. Y al comunicar estas acciones de forma activa, refuerza su
posicionamiento como marca transformadora.
¿Qué puedes aprender de este caso?
Que el crecimiento puede comenzar por fortalecer tu ecosistema. Ayudar a tus clientes,
aliados o distribuidores a crecer también es una forma poderosa de hacer marketing.

2. Davivienda: una narrativa sólida que evoluciona con el tiempo
Hablar de Davivienda es hablar de uno de los casos de branding más consistentes de Colombia. El famoso «Corresponsal Despistado», que nació durante el Mundial de Alemania 2006, no solo se convirtió en un ícono publicitario, sino que ha sabido adaptarse a
nuevas plataformas, públicos y formatos hasta hoy.
En 2025, Davivienda sigue usando el humor, la narrativa y los personajes para humanizar servicios financieros complejos, pero ahora lo hace integrando contenidos digitales, formatos cortos y una presencia fuerte en canales interactivos. Además, ha sabido mantener la coherencia en su mensaje: “Su dinero puede estar en el lugar equivocado”.
Lo más importante no ha sido el personaje en sí, sino la capacidad de evolucionar sin
perder identidad.
¿Qué puedes aprender de este caso?
Que construir una marca es un proceso a largo plazo. Pero mantenerla relevante exige adaptar el mensaje a nuevos formatos, audiencias y canales. La clave es evolucionar sin perder el núcleo de lo que te hace reconocible.
3. Go Rigo Go: de atleta a marca con visión empresarial
Lo de Rigoberto Urán no es solo una historia de éxito deportivo: es una lección de cómo construir una marca personal sólida, auténtica y escalable. Con Go Rigo Go, el ciclista convirtió su carisma y conexión con la gente en una marca de ropa, accesorios y experiencias, y en 2025 ya es un ecosistema completo con tienda online, puntos físicos y hasta restaurantes.
Lo más poderoso de su estrategia es que no ha creado un personaje. Ha construido un negocio a partir de su historia real. Con contenido cercano, humor, coherencia y visión comercial, ha logrado generar comunidad, diversificar sus ingresos y posicionarse sin necesidad de grandes campañas de pauta.
¿Qué puedes aprender de este caso?
Que construir una marca poderosa no requiere ser una gran empresa. Si tienes una historia auténtica, una comunidad real y una estrategia clara, puedes convertir tu marca en un negocio escalable. Y si ya tienes una marca, puedes pensar cómo humanizarla más.

4. Monastery: Innovación y lujo colombiano con proyección internacional
Fundada en 2019 por Pedro Castellanos y Esteban Velázquez, Monastery ha emergido como una marca de lujo colombiana que combina diseño sofisticado con estrategias de marketing vanguardistas. Su enfoque ha permitido posicionar a Colombia en el escenario global de la moda de alta gama.
Una de las claves de su éxito radica en la creación de experiencias de marca exclusivas. Monastery ha organizado eventos privados con DJs de renombre internacional y ha carreras de rally que se transforman en celebraciones, consolidando una imagen de glamour y estilo de vida aspiracional.
Además, la marca ha establecido alianzas estratégicas con celebridades del ámbito musical y deportivo. Figuras como James Rodríguez, Radamel Falcao, Maluma y Daddy Yankee han sido vistos luciendo prendas de Monastery, lo que amplifica su visibilidad y prestigio en mercados clave.
En términos de expansión internacional, Monastery ha experimentado un crecimiento del 300% en mercados extranjeros y del 20% en el mercado nacional durante 2024. Este avance se ha logrado mediante una combinación de presencia en tiendas físicas y una sólida plataforma de comercio electrónico que atiende a clientes en 19 países, incluyendo Chile, México y España.
La marca también ha incursionado en la innovación digital, lanzando su propia colección de tokens no fungibles (NFTs) en el metaverso, ofreciendo a los usuarios beneficios tanto en el mundo virtual como en el real.
Lección para otras empresas: La combinación de experiencias de marca únicas, colaboraciones con figuras influyentes y la adopción de tecnologías emergentes puede posicionar a una marca local en el mercado global del lujo en este 2025.
Estos no son solo casos de éxito. Son pruebas de que en Colombia sí se puede hacer marketing con visión, estrategia y humanidad. No importa si eres una gran empresa, una marca personal o un negocio que apenas arranca: lo que vimos en estos ejemplos no depende exclusivamente del presupuesto, sino de la mentalidad con la que decides crecer.
Lo que une a estas marcas no es el formato, ni el tono, ni el sector. Es que dejaron de hacer marketing para simplemente vender, y empezaron a construir relaciones, valor y futuro. Usaron la tecnología para acercarse más, no para alejarse. Usaron el contenido para educar, no para impresionar. Y usaron su propósito como guía, no como eslogan.
2025 es un año que nos está diciendo algo claro: el marketing que transforma es el que se hace con intención, con respeto por la audiencia y con ganas de dejar algo mejor.
Si algo nos deja este recorrido es que sí hay otro camino. Uno donde tu marca no tiene que ser la más grande para ser la más recordada, ni la más ruidosa para ser la más respetada.
Si estas marcas lo lograron, tú también puedes.