Durante más de dos décadas, la gran meta de cualquier estrategia digital fue clara: aparecer en los primeros resultados de Google. El SEO nació para eso, creció alrededor de eso y se volvió una ciencia cada vez más sofisticada para lograrlo.
Pero el 2025 nos presenta un nuevo escenario. Uno donde las personas ya no solo buscan en Google, sino que preguntan a herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT, Gemini, Perplexity o Copilot. Y lo que estas herramientas devuelven no es una lista de enlaces, sino una respuesta directa.
La gran pregunta para las marcas es: ¿Estás creando contenido para que sea encontrado por buscadores, o para que sea citado, leído y utilizado por la inteligencia artificial que ya responde por ti?
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¿Qué está cambiando realmente en la búsqueda?
Hasta hace poco, el proceso era simple: alguien escribía una consulta, y Google devolvía 10 enlaces. El SEO trabajaba para estar entre esos diez, ganar clics y guiar al usuario al sitio web.
Pero con la IA generativa como interfaz de búsqueda, la lógica cambia:
- El usuario ya no busca enlaces. Quiere una respuesta sintetizada.
- El motor de búsqueda ya no solo indexa. Interpreta, prioriza y reescribe el contenido.
- El contenido que antes se escribía para posicionar, ahora debe servir para entrenar, responder y resolver.
¿La consecuencia? El SEO ya no es solo visibilidad en un listado. Ahora es contexto dentro de una conversación.
Las herramientas de IA no solo buscan, leen y entienden (y eso cambia todo)
Cuando un usuario pregunta algo en ChatGPT, Gemini o Perplexity, el sistema:
- Analiza la intención detrás de la pregunta.
- Escanea múltiples fuentes, combinando información estructurada y no estructurada.
- Elige qué partes citar, qué parte resumir y cómo presentarlo en lenguaje natural.
Esto implica que el contenido que aparece como referencia no es el más optimizado técnicamente, sino el más útil, confiable, claro y estructurado para responder a una intención específica. Ejemplo:
Un artículo que explica con claridad qué es el CAC (Customer Acquisition Cost), con ejemplos, visuales y contexto, tiene muchas más probabilidades de ser citado por la IA que una página llena de keywords que dice lo mismo cinco veces.
En otras palabras: la IA no está buscando contenido “SEO-friendly”. Está buscando contenido “entendible, confiable y accionable”.

¿Entonces el SEO clásico ya no sirve? Para nada. Pero ya no es suficiente.
Los fundamentos del SEO siguen vigentes:
- La búsqueda orgánica todavía existe.
- Google aún es la principal puerta de entrada a millones de sitios.
- Las keywords, el crawl, los metadatos, los enlaces internos siguen siendo importantes.
Pero si tu estrategia de contenido solo está pensada para Google, te estás quedando corto. Hoy necesitas pensar también en cómo entrena, interpreta y prioriza contenido una herramienta de IA. Y eso requiere un enfoque nuevo:
- Más valor por sección.
- Más intención por párrafo.
- Más claridad y más contexto.
Tu contenido ya no solo debe atraer visitas. Debe ser lo suficientemente claro como para que una IA pueda enseñarlo.
Estamos en el inicio de una nueva etapa del posicionamiento digital. Una donde no se trata solo de aparecer en buscadores, sino de aparecer en respuestas. De no solo ser un resultado, sino ser la fuente.
Las marcas que lo entiendan y se anticipen con contenido claro, profundo y estructurado, no solo van a posicionarse en Google, sino también en la conversación global que la IA ya lidera.
El nuevo SEO no es solo técnico. Es estratégico. Y empieza cuando dejas de escribir para algoritmos… y empiezas a escribir para que una máquina pueda ayudarte a responder mejor a un humano.
¿Quieres entender cómo crear contenido que se posicione en buscadores y en respuestas generadas por IA? Explora más artículos en el blog de GLED y empieza a construir una estrategia que sí entiende hacia dónde va el futuro.